"La táctica tiene que ver con las capacidades selectivas, de toma de decisión y ejecución de acciones, y eso sólo puede nacer en el cerebro del jugador. El jugador es la táctica en sí". Cano, O.
Mucho se habla hoy en día de nuevas metodologías de entrenamiento como la Periodización Táctica y mucho se discute sobre si puede o no aplicarse al fútbol infanto-juvenil, o si solo es valida para el fútbol profesional.
Algunos DT o PF se excusan en la edad de sus jugadores para quitarse trabajo y responsabilidades: “Son demasiado chicos para ofrecerles información táctica”, “no hay que entrenar como jugamos porque necesitan conocer más tipos de fútbol…”. Yo, sin embargo, sí creo en una periodización táctica adaptada a la edad de los jugadores respetando determinados principios metodológicos hará que aumente su cultura táctica y lo convertirá en un mejor jugador. En definitiva, ¡lo preparará para el juego!
Además, aquellos que argumentan que la periodización táctica es incorrecta a esas edades porque si juegan bajo un contexto cerrado no estarán preparados para jugar en otros suelen ser entrenadores cuyas sesiones se alejan del juego y, por tanto, ni dominan un modelo ni dominan el resto. Además, ¿desde cuándo los contextos son cerrados? En fútbol, no.
En mi opinión la Periodización Táctica en el fútbol infantil hay que aplicarla desde una dimensión tecnico-táctica (la periodización táctica real es más compleja pero está adaptada a la fisiología de jugadores que no están en edad de formación).
Los principios metodológicos que deberemos respetar serán, en primer lugar –aunque es imposible disociarlos completamente–, el principio de complejidad, teniendo en cuenta el nivel y la edad de nuestros jugadores. La complejidad de las tareas deberá adaptarse a los jugadores con los que contamos, empezando de menos a más pero sabiendo que la evolución no es lineal, que un día puede ser menos, otro más y luego otra vez menos según el rendimiento y la capacidad de asimilación de nuestros chicos.
Luego, hay que tener en cuenta el principio de alternancia horizontal, entendido desde una dimensión táctica, claro. Esto es, cada día, unas prioridades en los diferentes planos del juego. Sin entrar en la dimensión física, a nivel táctico muchos entrenadores caen en el error de entrenar el juego con miedo a empobrecerlo, de forma que sus entrenamientos son partidos de 8×8, 7×7, 9×9, incluso 11×11… ¡Ok, eso está muy bien y es muy necesario! Pero entrenando así hay determinadas facultades de nuestros jugadores que no vamos a explotar. Por eso, debemos tener en cuenta el plano macro, meso y micro y entrenar en contextos colectivos, con gran número y espacio, pero también en espacios por sectores y sin olvidar el plano individual. Las microsociedades que se forman entre dos jugadores, la mejora en el desborde de un extremo, el conocimiento de las particularidades de un determinado jugador… ¡todo esto hará más rico nuestro modelo de juego!
En ese sentido, es indispensable el principio de las propensiones, manipulando las tareas de forma que se dé muchas veces aquello que queremos trabajar o sobre lo que queremos incidir. Crear contextos manejando espacio, tiempo, número, condiciones, etc., en la que los jugadores descubran aquello que queremos manejar. Crear unos automatismos no mecánicos que pasen al inconsciente de nuestros jugadores mediante la repetición sistemática, ¡pero de contextos, no de acciones descontextualizadas!
Respetando estos principios y a nuestros jugadores –con las particularidades de su edad, el proceso de formación, características, nivel, etc.– conseguiremos un método basado en el jugar, respetando la toma de decisión, sin coartar la creatividad de los chicos y generando una organización y un sentido colectivo que les hará crecer disfrutando y trabajando.
Ejemplo de morfociclo estándar en el fútbol infantil
Miguel Rondelli
Fuente:Francisco Ruiz Beltrán entrenador y Autor del libro “Filosofía y manual de un entrenador de fútbol”